Lo que hace al
cine de Joon-ho bong tan característico es la apariencia externa que tienen de blockbuster occidental, pero que internamente
se encuentra corrompido por una subversión que sólo puede provenir del cine
coreano. Quizás el otro director coreano que recibe dicho título es Chan-wook park,
y sin lugar a duda Joon-ho y Chan-wook son los directores coreanos por
excelencia. Sin embargo, mientras que el realizador de Oldboy y Stoker parece
tener mayor afinidad por la perversión y el erotismo, sea a través del
fetichismo de la violencia o a través de un encare directo, Joon-ho se
caracteriza por apelar con más frecuencia a la sentimentalidad. Y es también,
por momentos, gloriosamente absurdista.
En Okja, su tercer largometraje como
director, Joon-ho estuvo cerca de encabezar una película que casi parece hecha
para toda la familia. La historia sobre una niña, Mija (Seo-Hyun Ahn) y su
mascota Okja, un “supercerdo” que parece una mezcla entre hipopótamo y chancho.
El día que Okja es buscada por Mirando, una empresa americana de alimentos
liderada por las excéntricas figuras de Lucy Mirando (Tilda Swinton) y el
colorido presentador de televisión Johnny Wilcox (Jake Gyllenhaal), Mija se
embarcará en una aventura a través del globo para rescatar a Okja de las manos
corporativas y regresarla a las montañas.
Sin embargo, Okja está lejos de ser una película para
toda la familia. Las emociones tibias están presentes, y Okja es un personaje
en sí misma, caricaturesca y divertida. Aun así, Joon-ho aprovecha sobre todo
la segunda mitad del proyecto para hundir el argumento en el territorio de la
completa oscuridad, una oscuridad que se veía desde el principio pero que
estaba disfrazada por los vibrantes personajes y las explayadas secuencias de
acción. Si bien no es una película sutil, no encara lo explícito de manera tan deslenguada
sino antes de aquel tercer acto, que eleva a la película de ser un muy peculiar
relato de aventuras a otra gran pieza de Joon-ho bong.
Como hemos dicho
anteriormente, Okja se rinde
encantadoramente a lo absurdo durante la gran parte de la sinopsis: Los planos
de Darius Khondji son rápidos y adrenalínicos, uno diría casi “tarantinescos”.
Los personajes parecen en su mayoría salidos de un dibujo animado. El más
notable quizás es el personaje de Jake Gyllenhaal, una especie de científico
loco, alegre y psicópata a la vez. Gyllenhaal está sobreactuando de manera
indiscriminada, al igual que Tilda Swinton y casi todos los actores de renombre
en el filme. Y si bien la ridiculez puede resultar por momentos incómoda, le
otorga al filme un tono excepcionalmente original, el cual es imposible de
ignorar. Sin duda, la estrella de la película es Seo-Hyun Ahn, que nos hace
creer por completo su amor por esta criatura digital, y logra hacer sentir su
presencia incluso cuando la misma no está en escena. Ella y Joon-ho son los
grandes talentos del filme.
Es un largometraje
que aúlla a volúmenes sobre el maltrato animal, el corporativismo, la cultura
digital, la diversidad e incluso la brutalidad policial, entre tantos muchísimos
temas que Joon-ho logra tejer uniformemente con elegancia. Para el final
decididamente melancólico del filme, estaba absolutamente conmovido por lo que
había visto. Okja es una película
placentera, para luego no serlo, y finalmente para serlo de nuevo. De las
películas originales de Netflix, no hay lugar a duda que ocupa un lugar entre
las mejores.
Nuestra opinión:
8/10
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