jueves, 27 de julio de 2017

Movie Critic: Baby El Aprendíz del Crimen

Resultado de imagen para baby driverLuego de cuatro años que parecieron eternos, Edgar Wright vuelve a la pantalla con Baby: El Aprendiz del Crimen, protagonizada por Ansel Elgort, Kevin Spacey, Jon Hamm, Jamie Foxx y Lily James. ¿Es este largometraje otro hito del joven director británico?

Me cuesta elegir una película favorita de Edgar Wright, uno de los directores más interesantes trabajando en la industria hoy. Si bien su carrera se vio en peligro cuando dejó sorpresivamente el proyecto de Ant-Man debido a diferencias creativas con la mente ejecutiva principal de Marvel, Kevin Feige, era imposible pensar a Wright como un director exiliado de la pantalla grande: Sus dos proyectos más reconocidos, la trilogía cornetto (Muertos de Risa, Hot Fuzz y Hasta el Fin del Mundo) y su adaptación cinematográfica de la novela gráfica Scott Pilgrim, no solo han cosechado grandes elogios de la crítica, sino que además otorgaron al cineasta un fuerte rebaño de seguidores (incluyéndome) seducidos por su dirección enérgica, su edición frenética, su sentido de humor ácido y su estética geek.
Wright demuestra que esas cualidades que lo hicieron tan popular entre cinéfilos no se perdieron con Baby: El Aprendiz del Crimen. Encarando el muy inflado género de las películas de "estafas", Wright logra afrontar una historia mundana con su propio estilo,y en el proceso hace algo completamente nuevo. Baby es parte video musical, parte película de acción de alto octanaje, al mismo tiempo que es decididamente cinematográfica y adrenalínica. No hay duda que es otra gran pieza del realizador inglés.
Baby (Ansel Elgort) opera como conductor en los complejos robos que encarga su jefe, Doc (Kevin Spacey). Si bien está en continuo contacto con criminales, no se siente parte de ellos, aunque reconoce su peculiar talento detrás del volante. Para la confusión de mucho de los ladrones a los que maneja, Baby vive constantemente con auriculares o con música sonando a su alrededor: Durante los robos, el joven sincroniza perfectamente la música de su I-Pod al plan y al escape, en parte la razón por la cual resultan exitosos. Sin embargo, Baby quiere escapar de esa vida de criminal, mas aún cuando conoce a la bella Debora (Lily James), una mesera carismática que parece comprender su fuerte vínculo con la música. Sin embargo, salir de la vida de criminal no es tan fácil como él cree.
Hay algo muy retro en la ejecución que Wright otorga a este filme, fuertemente inspirado en los clásicos de acción de los 80 como Duro de Matar, Punto de Quiebre y Arma Letal. Si bien el estilo ultraviolento, sardónico y frenético del director está presente, el mismo es utilizado de forma más sutil que en sus anteriores trabajos. Eso no quita que el filme se sienta como un desfibrilador recargado de cafeína en el mejor de los sentidos. Wright mantiene el ritmo de la película a un nivel infartante, y aún así logra crear empatía de la audiencia hacia los personajes, y situaciones de riesgo palpitables. Las escenas de acción, perfectamente coreografiadas y disciplinadamente sincronizadas a la peculiar y pegadiza banda sonora, son solo algunos de los muchos momentos destacados que el proyecto contiene en sus casi dos horas de duración; dos horas de duración que apenas se sintieron.
Ansel Elgort ya demostró su carisma en Bajo la Misma Estrella, pero aquí lo vemos en su potencial como superestrella de Hollywood: Su actuación recuerda a Tom Cruise en las películas de Misión Imposible, pero con mayor emoción y complejidad detrás de sus frías miradas y cálidas sonrisas. El elenco secundario, que como ya habrán visto, es bastante extenso,es comparable en cuanto a la calidad de su trabajo con aquellos elencos secundarios de las películas de Tarantino. Se ven muy comprometidos con la energía y el tono del filme, y esa sintonía no solo favorece a sus actuaciones sino al factor de entretenimiento en general de la película.
¿Es esta la mejor película de Edgar Wright? Probablemente no, tal vez sea la peor, pero eso no dice absolutamente nada: Estamos hablando de un director que no ha fallado nunca a la audiencia y que sigue en aquel camino. Sus filmes son tan accesibles como encantadoramente excéntricos, y Baby no es excepción: Es un emocionante viaje que utiliza efectivamente la nostalgia sin complacerse en ella, y que logra encontrar un balance armónico entre explosivas secuencias de acción y acogedores personajes. Es simplemente brillante.

Nuestra opinión: 9/10

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