Movie Critic: Yo Soy Tonya

El sexto largometraje de Craig Gillespie (Lars and the Real Girl, Noche de Miedo) cuenta la controversial historia de la patinadora olímpica Tonya Harding, y cuenta con la participación de Margot Robbie en el papel titular, Sebastian Stan y Allison Janney


Hace unos meses, la reivindicación le tocó a Marcia Clark con el fenómeno televisivo que fue American Crime Story: The People v OJ Simpson (Una serie recomendadísima, aclaro, y que se encuentra completa en Netflix), y ahora le toca a Tonya Harding, la infame figura del patinaje artístico femenino americano que se vio involucrada en una controversia cuando su ex-esposo, Jeff Gillooly, orquestó un ataque hacia la patinadora Nancy Kerrigan. Hasta el día de hoy, la historia de Harding era una de esas historias bizarras del mundo deportivo que parecían tener caricaturas en vez de seres humanos involucrados en ella. En muchas formas, varias de las personalidades de aquel escándalo siguen siendo caricaturas en esta película de Craig Gillespie, pero él y el guionista Steven Rogers no están muy interesados en las peculiaridades de estos individuos, sino el efecto que sus acciones tuvieron en Tonya.
Harding es interpretada elegantemente por Margot Robbie, en el mejor papel de su carrera (Una escena cerca del tercer acto que tiene lugar en su camerino mientras se maquilla hace realmente visible por qué se merecía una nominación al Oscar). Si bien ni ella ni el filme se restringen al mostrar el lado más salvaje de Harding, los realizadores hacen un buen trabajo en demostrar que dicho comportamiento no es más que un producto. En sí, Yo Soy Tonya es más una película sobre abuso, sobre la vida de una mujer marcada por la violencia doméstica y por el entrometimiento de hombres (y otros) que se creían intitulados sobre su vida y su carrera. Es una historia por momentos muy dura, pero necesaria, y resuena más que nunca en los tiempos del #MeToo y de las acusaciones a grandes directores y productores de Hollywood.
La mayor parte de la trama, de hecho, transcurre antes del "incidente", inteligentemente posicionando el interés en el pasado de Tonya Harding antes que su boom mediático. Allison Janney entrega su contracara a su venerable papel como Bren MacGuff en Juno al interpretar a LaVona Harding, una madre que nadie querría tener. Sebastian Stan interpreta a Gillooly, y hábilmente esquiva convertirse en una especie de villano unidimensional encontrando ricas capas de humanidad en un personaje complejo. Todas las personas que rodean a Harding son bastante "escoria", pero Gillespie, como McDonagh en Tres Anuncios por un Crimen, no deja que se queden con solo esa etiqueta, haciendo al argumento más entrañable.
Lo que si se le puede criticar a Gillespie es la presentación de Yo Soy Tonya: Inspirado pesadamente en las películas de Scorsese y, más recientemente, La Gran Apuesta de Adam McKay, el director opta por una mezcla algo torpe de falso documental y cine meta. Los personajes rompen constantemente la cuarta pared y luego la ignoran, para que luego la película corte a falsas entrevistas a los personajes que reflexionan sobre los hechos. No solo estamos llegando ya al pico de saturación con los quiebres de la cuarta pared (Ya con Scorsese, Adam McKay, House of Cards, Deadpool, entre otros, estamos llegando a un punto límite) sino que además la película nunca encuentra una excusa muy inteligente para realizar dicho efecto.
En todo caso, esta es la película de Margot Robbie de principio a fin (Después de todo, ella también es productora) y es una historia atrapante y conmovedora, incluso si uno sabe como termina. Los mejores momentos de Yo Soy Tonya son cuando los cineastas confían en que su material es lo suficientemente humano para llegar al espectador y no lo ridiculizan, sino que descansan sobre su capaz elenco y su sólido guión para elevarlo.

Nuestra opinión: 7/10