domingo, 22 de febrero de 2015

Movie Critic: Selma

En una época saturada de biopics, llega el último estreno de una película nominada a Mejor Película en los Oscars, y es sobre nadie menos que el icónico Martin Luther King Jr, dirigida por la relativamente nueva Ava DuVernay.

Todo escepticismo es aceptado, ya que todos los años se suele tener una película sobre discriminación o historia negra en los premios de la academia, a veces porque son grandes películas en sí o para que no vayan todos los medios y acusen a la academia de racismo. El año pasado tuvimos la ganadora de Mejor Película, 12 Años de Esclavitud. El anterior tuvimos Django sin Cadenas y Lincoln. Y antes tuvimos Historias Cruzadas, y la lista continúa. Por lo tanto, cuando uno entra a Selma busca que la película ofrezca algo nuevo, algo distinto a las anteriores, y duda conseguir semejante cosa. Por eso, Selma resulta la agradable sorpresa que es.
Fantásticamente tematizada en los 60 con un diseño de producción impecable, la historia no se centra en la vida de MLK (David Oyelowo) sino en una faceta, y quizás la más importante, que fue la marcha de Selma a Montgomery que resultó en el Acto de los Derechos Civiles en 1965. Selma muestra las dificultades que pasó MLK antes y durante la marcha, en un país reinado por el odio y la ignorancia.
Ava DuVernay, que previamente dirigió películas ultra-independientes como I Will Follow y Middle Of Nowhere hace algo drásticamente distinto en esta biopic, que logra sentirse épica y producida cuando debe, e íntima también. Expertamente, DuVernay barrena desde una escena que muestra a MLK y su mujer, Coretta Scott (Carmen Ejogo), luchando con un matrimonio que no parece ser de todo feliz, hasta el infame enfrentamiento que sucedió en el puente Edmund Pettus. El barrido de la película es sin duda grande, pero se mantiene atrayente en todo momento, gracias a la meticulosa dirección de DuVernay, las excelentes actuaciones, los profundos diálogos y la simple y francamente hermosa fotografía de Bradford Young.
Hablando de las actuaciones, este elenco se muestra sólido y enteros en inmersión. Si bien los grandes nombres son los que menos llaman la atención en esta película (Tim Roth aparece poco en la película, y ambos Giovanni Ribisi y Cuba Gooding Jr son dados papeles que poco añaden al desarrollo del filme), la estrella es Oyelowo con una actuación magistral que encarna hasta el interior de MLK. Es un retrato histórico tan distintivo (También ayuda el gran guión de Paul Webb) y que se siente tan personal que no tiene nada que envidiar a las otras biopics de la temporada.
La película hace un buen trabajo en ser extremadamente visceral. Induce enojo como ninguna otra, y el buen trabajo del elenco hace que el espectador quiera ir a la pantalla y gritarles a los personajes en la cara. La crueldad humana y la ignorancia sin duda se traspasan por la pantalla, al igual que la tensión durante los tirantes enfrentamientos entre los luchadores por los derechos y los blancos que quieren impedirlos. Al mismo tiempo, la película invita a la reflexión, quizás porque sobre todo en el 2014, Estados Unidos estuvo al borde del caos social por la corrupción y el racismo que todavía sigue vivo. Pero Selma es también importante para nuestro país, no solo porque nos hace personas más entendedoras, sino que vivimos en una sociedad donde la corrupción existe, y sobre todo hoy, con toda la locura con la muerte de Nisman y las manchas del gobierno, Selma es un ejemplo para como las sociedades deben actuar ante las injusticias, porque un gobierno no es nada sin un pueblo, y el pueblo es verdaderamente quien tiene el poder.

NUESTRA OPINIÓN: 10

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