viernes, 14 de febrero de 2014

Movie Critic: Philomena

La nueva película de Stephen Frears como director, Steve Coogan como escritor y tal vez más importante Harvey Weinstein como productor cuenta una historia real que fue furor en el mundo. ¿Es Philomena otro furor o un tiro por la culata?



El libro de Martin Sixsmith, El Hijo Perdido de Philomena Lee, no es noticia. Best-seller del New York Time y un clásico contemporáneo de la literatura británica, era cuestión de tiempo que se haga una adaptación cinematográfica de esta levemente perturbadora historia real. Y es curioso que el proyecto lo haya levantado el prestigioso productor americano Weinstein, y al parecer dio frutos. Weinstein quería ir a los oscars. Intentó con Agosto y Frutivale Station pero es su colaboración con Stephen Frears y Steve Coogan la encargada de llevarlo al oro. Philomena sin embargo es cine británico en casi su totalidad, con el clásico encanto de humor inglés y algunos temas bastante subjetivos.
La historia de Philomena Lee es una de las cuantas víctimas de los dichos "conventos" de monjas que habían en Irlanda en los 60', donde las jovenes internadas eran desgarradas de sus derechos, obligadas a trabajos forzosos y a, como explica la película, entregar a sus hijos a manos ajenas para la ganancia de los conventos. Philomena (Judi Dench) fue una de las que perdió a su hijo, y 50 años después, emprende una búsqueda con Sixsmith (Steve Coogan) para encontrarlo.
Por supuesto hay un choque de personalidades en esta película con una fórmula media americana que es la de road-trip (Una pareja dispareja emprende un viaje, en este caso, mitad en Irlanda y mitad en Estados Unidos, y a medida que el viaje avanza su relación progresa) solo que en este caso, la relación entre Sixsmith y Lee, si bien dispareja, es bastante concreta a todo momento. Philomena es una mujer que no guarda remordimientos hacia el convento o las mismas monjas, religiosa, dulce y maternal. Sixsmith es más atomizante,crudo y vulgar, ateo e irónico. Es lo que vendría a ser el viejo fanfarrón del filme. Es sin duda refrescante ver a Dench haciendo de esta figura serena y luminosa ya que estamos muy acostumbrados a verla como una mujer dura y autoritaria, sea en películas como las últimas de 007 o Notas de un Escándalo. Aquí, Dench es una mujer tan frágil y sensible, que no podemos sentir otra cosa más que extrema emoción ante una performance que irradia perfección. Es una viejita. Nada más simple y mágico que eso. Por su lado, Coogan, junto a Jeff Pope, nos trajeron un guión ligeramente humorístico, en su mayoría humor negro, aunque gracias a Dench y a Frears, no hay chistes que rocen el malgusto. De hecho, Frears, con perfecta genialidad, maneja el filme de manera muy prolija, con varios giros y volteretas que traen a aquellas personas que no saben sobre la historia de Philomena Lee una película llena de sorpresas.
Es también un filme muy subjetivo. Philomena es una película agridulce, mezclando una devastadora historia con una realidad y una crítica anticlérica que a nadie mas o menos laico podría molestar, pero en la cual la película se descarga a fuego vivo. Incluso el partido republicano de Estados Unidos no se salva de muchas de las críticas que la película propone. Es fuerte, sin lugar a duda, ver la cantidad de maltrato a la cual las jóvenes eran expuestas por las "malvadas monjas", o el quilombo de los 80 a lo que concierne el presupuesto del gobierno republicano para el tratamiento y cura del SIDA (Un tema que es mejor tratado en el filme Dallas Buyers Club, aunque más del lado del medicamento y los mismos pacientes, más que el costado político). Sin lugar a duda Philomena tiene mucho remordimiento, y tal vez es lo que lo salva de ser una empalagosa historia sobre desencuentro. Frears, de nuevo, hay que felicitar. Hizo una película que demuestra su talento. Turbulenta pero suave, agresiva pero polarizante, Philomena es un deleite para los ojos, la mente y el corazón.

Nuestra Opinión: 7.0

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