jueves, 28 de septiembre de 2017

Movie Critic: ¡madre!

Resultado de imagen para mother film 2017El séptimo largometraje de Darren Aronofsky como director es una de las películas mas misteriosas del año: Protagonizada por Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Ed Harris y Michelle Pfeiffer, ¡madre! dividió a audiencia y a críticos alrededor del mundo. ¿Donde nos paramos nosotros?


Normalmente no acudo a relatos sobre experiencias personales al criticar una película, pero creo que en este caso, dicha introducción es necesaria y apropiada.
Al terminar ¡madre!, casi nadie en la sala se movió del asiento (Eramos alrededor de 7 personas, varias habían ido solas, como es común de las funciones los jueves a la noche en los cines del centro). Una señora que no entendió la película (No la culpo) le preguntó a una pareja de chicas de qué se trataba el filme: "Mas o menos, ¿me podes explicar de que trató?" le dijo. Las chicas explicaron que estaban medias atónitas por el filme, pero aún así dieron su interpretación. Al finalizar la explicación, la señora horrorizada empezó a gritar de todo. Se refirió a la película como "repugnante", "problemática" y "atroz" (Entre otras cosas que implicarían spoilers y, créanme, lo último que quieren es que les spoilee ¡madre!). La reacción de la señora fue tan intensa, su rechazo al largometraje tan descomunal, que las chicas se rieron. Ya a este punto la sala se estaba retirando, aunque algunos no dejaban de girar sus cabezas para ver el escándalo de la espectadora que expresaba a todo viento su condenación al filme. Por supuesto que la señora se ofendió ante la reacción de las chicas, que se terminaron retirando de la sala, al igual que yo, y la señora quedó ahí, en su asiento, todavía en completo shock.
Es interesante dicha reacción porque refleja la respuesta que tuvo el filme en su paso por divesos festivales y su estreno mundial en las últimas semanas: A las audiencias masivas no es que simplemente no les gustaba el filme, lo aborrecían.  Dicha respuesta alejó a muchas personas de las salas, y acercó a tantas otras. En los críticos sucedió lo mismo. De hecho, la gran mayoría de los críticos argentinos de renombre que vieron ¡madre! parecen determinados a destrozarla, describiéndola como una "monstruosidad" y como "sádica" y como "todo lo que está mal con el cine hoy". Por suerte aquí estoy yo para dar mi otro punto de vista: ¡madre! es todo eso, y mucho más. Es la perfecta monstruosidad que impactará hasta el más experimental de los espectadores y los dejará absolutamente conmocionados, inmóviles y perturbados. Si, es así de buena.
Pedir que describa ¡madre! sin arruinar ninguna de las mil y un sorpresas del filme es una tarea casi imposible, así que confórmense con el argumento en cuanto a descripción de la situación inicial que prende la mecha del filme: Una pareja joven, interpretada por Jennifer Lawrence y Javier Bardem, que vive en una casa reclusa, recibe la visita de un hombre misterioso, interpretado por Ed Harris. Listo.
El filme de ahí se mueve con el ritmo de un caracol, lentamente marcando un paso a través de las escenas, y escalando en tensión, nunca molestándose por explicar o siquiera dejar en claro pautas narrativas en cuanto a personajes o sus objetivos o el conflicto del filme: Todo es metáfora, todo es alegoría. Pero ¡alto!, esta no es una película de Lars Von Trier o de Nicolas Winding Refn, donde las metáforas solo son caminos para fetichismo visual. Hay una historia en ¡madre!, y la historia, en su apariencia superficial, no es difícil de seguir. Lo que es difícil de creer es lo muy lejos que está dispuesta a llegar.
Este es el filme más provocador de Aronofsky. Casi lo podes ver detrás de la cámara, con una sonrisa perversa, a medida que la trama descarrila hacia el caos completo, hacia la locura latente. Aronofsky filma esta película de un modo muy peculiar, y junto al cinematógrafo Matthew Libatique, recrean el efecto que tan bien les funcionó en Requiem por un Sueño, aunque en cierta forma más sobria: Capturar visualmente agonía en estado puro. Es una película estéticamente fea, pero su fealdad se mezcla con una dirección visual enérgica y peculiar que establece rápidamente una conexión psíquica con el espectador: Darren Aronofsky te tiene en sus manos, sos suyo, y va a jugar con tu cabeza de la misma forma que jugó en aquella aclamada película del 2000.
En cuanto a las actuaciones, son buenas, aunque los actores funcionan más como canales para que Darren Aronofsky desate el infierno en ellos. A lo que voy es que esta no es una película por la cual Jennifer Lawrence va a recibir una nominación al oscar a mejor actriz, a pesar de que nunca la hemos visto tan comprometida y vulnerable como en este rol.
A ¡madre! hay que tenerle paciencia y estómago. El tercer acto, incluso, muestra un cambio en el guión a diálogos más melodramáticos, que creo que me generó mas rechazo que las acciones de los personajes del filme. Todavía estoy procesando lo que acabe de ver, y no puedo estar más feliz. Aronofsky nos trajo aquí un trabajo que carece de toda sutileza, elegancia y sofisticación que se podría esperar de un director "prestigioso" hoy en día, pero su resultado es sin lugar a duda visceral, atrapante e incluso escalofriante. No juzgo a nadie que no le haya gustado el filme; es más, me juzgo más a mi mismo por haberlo disfrutado tanto.

Nuestra Opinión: 8/10

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