sábado, 27 de febrero de 2016

Movie Critic: Brooklyn

La nueva película de John Crowley se estrena en la Argentina tres días antes de los Oscars, en los cuáles recibió nominaciones a Mejor Película, Mejor Actriz y Mejor Guión Adaptado. ¿Es esta historia de amor merecedora de semejante prestigio?

Hay algo tan placenteramente anticuado sobre Brooklyn, el quinto trabajo de director de John Crowley. Intentando encontrar ese qué, pensé seriamente en la impecable producción, la eterna historia o las simpáticas emociones que despierta la película. Sin embargo, he llegado a la conclusión que lo que hace a Brooklyn tan entrañable y antigua es lo que algunos mirarán como su mayor falla: Su ingenuidad.
Esta es la historia de Eilis (Saoirse Ronan), una chica irlandesa que encuentra una vida vacía en el pueblo donde vive. Gracias a su hermana Rose (Fiona Glascott) y su relación con un carismático cura conocido como Padre Flood (Jim Broadbent), Eilis tiene la oportunidad de vivir y trabajar en Nueva York y aspirar a una mejor vida. Entonces deja atrás a su tierra y a su hermana con su emocionalmente inestable madre para probar suerte en Brooklyn. Mientras reside en la pensión de la fanfarrona Mrs Keogh (Julie Walters), Eilis conoce a un apuesto y encantador caballero de descendencia italiana llamado Tony (Emory Cohen). Sin embargo, debido a un trágico giro inesperado en su vida, Eilis rápidamente se encontrará con una decisión en sus manos, en la cual no podrá convivr en el mundo que construyó para ella misma y aquel que dejó atrás.
Brooklyn es liviana. Comparada a otras cintas nominadas a Mejor Película del Año, incluso puede parecer inferior. Sin embargo, es esta liviandad lo que hace a Brooklyn tan especial. Gracias a una sólida dirección de Crowley y un guión muy acertado de Nick Hornby, Brooklyn es entretenida, atrapante y emocionante. Los personajes están muy bien delimitados, y la película nunca busca antagonistas. Si están buscando una película feel good que no sea insaciablemente sacarosa, entonces no miren más allá de esta película.
Uno de los puntos más fuertes del filme es Saoirse Ronan. En interpretar a Eilis, Ronan encuentra el mejor papel de su carrera, que ya tuvo varios hitos en Desde mi Cielo y El Gran Hotel Budapest. Ronan hace un buen trabajo en interpretar la crisis interna a la que ella es sumisa durante la película, y además encaja perfectamente en el carácter sereno e inocente de Eilis. Ronan es sin duda merecedora de todo los elogios que está recibiendo.
Como plus, tenemos un elenco de reparto que es igual de placentero. Los veteranos Jim Broadbent y Julie Walters pueden no aparecer mucho, pero se roban cada escena en la que aparecen, sobre todo Walters con sus diatribas gruñonas y maneras de abuela. Emory Cohen hace un buen robacorazónes, y Domnhall Gleeson, que interpreta a Jim Farrell, un joven irlandés muy interesado en Eilis, es una presencia cautivadora.
La estrella del filme, además de Ronan, es el diseño de producción. Los ambientes están exquisitamente decorados, y junto a la muy bien lograda vestimenta vintage que llevan hasta los extras más desapercibidos del largometraje, la audiencia es capaz de sumergirse en la Nueva York de los 50.
Uno puede hacer el argumento que Brooklyn es muy poco notable, sobre todo porque ya hemos visto estas historias de amor e inmigración varias veces en pantalla. Sin embargo, con un director tan apasionado y una actriz principal tan fascinante, es difícil no dejarse llevar por el precioso carácter ordinario del filme. Uno puede sentir que ya ha visto historias así, pero sí que le va a costar no disfrutar de un cuento de amor tan bien contado.

Nuestra Opinión: 8/10

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