sábado, 30 de enero de 2016

Movie Critic: La Habitación

La indie que llegó a rozar hombros en la categoría de Mejor Película con En Primera Plana y El Renacido tuvo su estreno en Argentina estas semanas. ¿Se merece la atención que recibe o tal vez otra película merecía su lugar?

Frank, de Lenny Abrahamson, director de La Habitación, continúa siendo una de las películas más peculiares que vi en mi vida. No solo tiene un concepto bizarro (Una banda cuyo cantante, interpretado genialmente por Michael Fassbender, vive con una máscara en forma de cabezota por sobre su cabeza real, y nunca se la quita), sino que además tiene un tono que, a pesar de que la película fuera una comedia, se mantenía denso en todo momento. La película siguió aún teniendo una impresión positiva en mi, y espero revisitarla algun día.
No creo que suceda lo mismo con La Habitación. No es que la película no me haya gustado, todo lo contrario: Está exquisitamente dirigida, actuada y escrita, y merece toda la atención que está recibiendo. Pero, tal como Frank, contiene una densidad y una pesadez tan palpitable y duradera que incluso los pocos momentos de aire que el filme tiene se ven opacados por el trasfondo duro y opresivo de la historia.
La Habitación está contada desde el punto de vista de Jack (Jacob Tremblay), un niño de 5 años que vive encerrado en una habitación con su mamá, Joy (Brie Larson). Joy fue secuestrada a los 17 años por Old Nick (Sean Bridges), y si bien ella conoce el mundo exterior y todo lo que el mismo le ofreció, Jack solo sabe que afuera de la habitación solo está el espacio, y que los únicos seres reales son él y su madre. Cuando cumple 5, Joy le revela la verdad a Jack y consiguen escapar de su encierro. Sin embargo, adaptarse al mundo real presenta un desafío completamente distinto.
Es una historia intrigante, y Abrahamson logra otorgar la tensión necesaria para que la película se sienta como un thriller psicológico, pero también la calidez humana suficiente para que en el núcleo continúe siendo la peculiar historia de una madre y un hijo. Basado en el libro de Emma Donoghue (Que escribió el guión), un filme que parece ser una historia de supervivencia y de adaptación logra simplificarse a un emocionante relato sobre una relación maternal cuyo peso se siente en cada escena.
Las actuaciones son excelentes. Jacob Tremblay, con tan solo 8 años, lleva la película con facilidad, y logra encarnar a este niño efectivamente. Cuando Jack sale afuera y descubre el mundo, Tremblay muestra una tremenda habilidad para lidiar con emociones complejas, algo que pocos actores en general pueden encarnar. Brie Larson, que actualmente es la favorita para ganar Mejor Actriz en los Oscars, es devastadora como Joy, una mujer que perdió su vida, y que encuentra una crisis personal en la contradicción del mundo que dejó y su vínculo con su hijo.
Sin embargo, la decisión de Abrahmson de agobiar al espectador con un tono despiadadamente espeso no creo que ayude a la tibia historia de amor que la película ofrece. Abrahamson y el cinematografo Danny Cohen (Los Miserables, El Discurso del Rey) succionan todo color que se pueda encontrar en la película, otorgando tomas opacas y grises que, junto al difícil tema que la película inicialmente , agobian al espectador. De hecho, muchas decisiones con el trabajo de cámara me parecieron incorrectas. Por momentos, Abrahamson y Cohen filman de forma cerrada, sin mostrar mucho los alrededores y moviendo la cámara de forma perdida para lograr un sentido de desorientación y descubrimiento que funciona. Otros momentos, algunos de ellos en los que solo está sucediendo diálogo, son apagados por una cámara que se sacude agresivamente y distrae. No ayuda la banda sonora de Stephen Rennicks, que contrasta gravemente con la simpleza del filme al ser ostentosa y grande.
Sin embargo, las críticas que se le pueden tener a La Habitación resultan medianamente subjetivas ya que sin ese tono condensado, la película no lograría tener el mismo efecto en el espectador. La escena final de la película, que obviamente no voy a contar, es sorprendentemente un haz de luz, y encaja perfecto con el resto del filme. La Habitación pudo haber seguido, pero Abrahamson sabe que para alcanzar grandes alturas, hay que mantenerse pequeño.

Nuestra opinión: 8/10

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