martes, 20 de febrero de 2018

Movie Critic: La Forma del Agua

Resultado de imagen para the shape of waterEl décimo largometraje de Guillermo del Toro encuentra al cineasta de nuevo como autor, co-escribiendo este filme junto a Vanessa Taylor (Hope Springs). La película se estrenó a grandes aplausos en el Festival de Venecia y tiene el record anual de nominaciones al Oscar con 13 menciones.

En la era del cine de consumo masivo, es fácil olvidarse que los directores son, en su mayoría, cinéfilos de corazón. Cuando su visión no está trágicamente diluida en un producto minuciosamente manufacturado por un cuartel de productores, los cineastas suelen rebelarse contra la noción deshaciéndose de sus influencias y apuntando hacia lo subversivo o lo experimental (Lo cuál nunca es necesariamente malo, cabe aclarar). El amor por el cine está en muchos de los proyectos de la índole anteriormente mencionada, pero el amor a cierto cine, aquello que nos dice más sobre las películas con las que creció y se nutrió el director, esa encapsulación de personalidad que son trabajos como La La Land de Damien Chazelle y Hugo de Martin Scorsese, son más difíciles de encontrar. Son los homenajes al cine los que realmente resaltan la "magia del cine", y ahora le toca a Del Toro: Tomando indiscriminada inspiración del cine de los años 40, el director mexicano realiza su película más personal hasta el momento con La Forma del Agua. Este es el largometraje que él siempre quiso hacer, y el que más disfrutó realizar, y se nota en cada plano.
Elisa Esposito (Una excepcional Sally Hawkins) es casi una reversión de Amélie Poulain: Jubilosa, energética y de pocas palabras. Bueno, menos que pocas palabras, ya que Esposito siempre fue muda. Vive en un departamento junto a su adorable vecino Giles (Richard Jenkins), un artista recluso y frustrado que intenta sobrevivir en la época de la fotografía. Esposito trabaja en una instalación ultra-secreta del gobierno, donde el coronel Richard Strickland (Michael Shannon) y el científico Robert Hoffstetler (Michael Stuhlbarg) están llevando a cabo un experimento con un estilo de criatura anfibia humanoide a la que se refieren como "activo" (Doug Jones). El "activo" es mantenido en cautiverio y torturado, e incluso ha cometido algunas atrocidades hacia sus opresores, pero eso no detiene a Esposito que, durante sus recreos para comer, comienza a escaparse a donde encadenan a la criatura, y entre ellos florece una relación muy afectiva.
En las manos de un director con menos experiencia, la historia de amor entre una mujer y un "hombre pez" hubiera resultado excesivamente incómoda y bizarra, más aún teniendo en cuenta que este es un cuento de hadas para "adultos". Sin embargo, Del Toro logra que la historia entre Elisa y el "activo" se desarrolle de forma creíble y empática. El realizador logra un perfecto balance entre la gran diversidad de géneros que busca explorar en la trama, entre ellos, el romance, el fantástico, el thriller de guerra fría, el cine negro y la ciencia ficción, a veces todos al mismo al tiempo (Hay un género más que Del Toro homenajea en el trabajo, pero no quiero arruinarles la sorpresa).
En el fondo, La Forma del Agua es una celebración del "otro". Los héroes de la película son marginales por distintas razones, sea por cierta discapacidad, por su color de piel o, bueno, por que son monstruos que desafían la percepción de los seres humanos, y Del Toro logra hacer bella poesía de sus epopeyas a través de la película. La alegoría del romance entre Esposito y el "activo" es clara, pero al mismo tiempo, es maleable: Puede ser el amor entre gente con discapacidad, el amor interracial, el amor homosexual, etc. Los personajes son cartas de amor a las personalidades de la edad de oro, y a los grupos que hoy alzan sus voces en la era de la presidencia Trump.
Paul D. Austerberry y Nigel Churcher en diseño de producción y dirección de arte hacen un magnífico trabajo pintando esta caricaturesca visión de Estados Unidos a principios de los 60. La banda sonora de Alexandre Desplat es encantadora. La cinematografía de Dan Laustsen es el perfecto señuelo para los estudiantes de cine. Pero detrás de todo está Del Toro, como el propio agua del filme, inyectando cada secuencia con su excentricidad y con su auteurismo. Esta es, en mi opinión, su obra maestra.

Nuestra Opinión: 9/10

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