Movie Critic: Animales Nocturnos

El segundo trabajo de Tom Ford, basado en la novela de Austin Wright Tony y Susan, es un thriller/drama noir protagonizado por Amy Adams y Jake Gyllenhaal. ¿Puede el diseñador captar la atención de la audiencia como lo hizo en 2009 con Sólo un Hombre?

No me gustó Sólo un Hombre.
Y decir que no me gustó Sólo un Hombre sería, de hecho, suavizar en términos la reacción que tuve hacia la opera prima de Tom Ford, que fue en su mayoría muy bien recibida por críticos y audiencias, pero en la que yo simplemente no me pude introducir. Seguro que era una película bonita, hermosa de hecho, con el ojo simétrico y perfeccionista de Tom Ford acompañado por una suculenta cinematografía de Eduard Grau. Las actuaciones eran parcialmente buenas, pero la historia, eso sí que era algo que me faltaba en el primer filme de Ford: Era una historia en la que no me podía investir, con personajes muy delgados, cuyas emociones no varían de una posición durante todo el filme, con problemas y motivaciones tan glamorosas con las que no me podía conectar aunque intente, y con tanta pretensión durante su ejecución que me dejó un gusto muy amargo en la boca, y manchó en mi mente el nombre Tom Ford.
Eso dicho, esta película es definitivamente un segundo trabajo, más experimental, más ambicioso, más grande en todos los aspectos. Y, también esto dicho, Animales Nocturnos es una excelente película, un filme en el que el espectador es absorbido de manera completa, en el cuál la línea entre realidad y ficción realmente se borran.
La historia, que es mejor no contarla toda, está lejos de ser convencional: Esta película es narrada en forma de matrioska, con tres líneas de tiempo distintas que se interponen una a la otra de manera elegante. En la principal (de por así llamarla, aunque este término es relativo) tenemos al personaje de Susan Morrow (Amy Adams), una artista visiblemente deprimida, que en uno de los muchos fines de semana en los cuales se queda sola en su casa debido a los viajes de su marido, Hutton Morrow (Armie Hammer), recibe un manuscrito de la primer novela que lanzaría su antiguo marido, Edward Sheffield (Jake Gyllenhaal), y una cálida carta de él invitándola a leerlo. La novela, titulada "Animales Nocturnos", se convierte en el objeto que catapulta la naracción de una película a una acodada estructura de tres historias, y el resto de las sorpresas las dejamos para después.
Llamar a Animales Nocturnos un thriller o un drama es debatible. Lo que no es discutible es lo absorbente que resulta en filme. Desde un aspecto visual, es simplemente cautivante y seductiva, jugosa y opulenta. Ford demuestra ser talentoso al elegantemente mezclar sobriedad con estilo de una forma agraciada, ni hablar de que tan bien maneja en el aspecto de guión incluido la manera en que las tres líneas de tiempo se entrelazan de manera coherente, sin marear al espectador atento. Eso sí, nada de diálogo de exposición, o solamente lo estrictamente necesario. Ford invita a que uno se pierda en la película, que recorra los rincones de sus personajes y sus decisiones y que, a través de diversas pistas, algunas sutíles y no tan sutíles, conecten por su cuenta las partes que arman el rompecabezas final. Y que rompecabezas más bello, con la fascinante cinematografía de Seamus McGarvey (Anna Karenina, Expiación) y una bella banda sonora de Abel Korzeniowski, que compuso la música para el anterior proyecto de Ford con igual éxito.
Las actuaciones, de un elenco considerablemente grande, son excelentes: Amy Adams, en una performance llena de sutilezas y silencios, es devastadora. Jake Gyllenhaal, lo más destacado del filme, demuestra tremenda proeza al interpretar dos papeles distintos e igual de hechizantes. Su actuación es definitivamente de lo mejor que se vió este año. En el reparto, Aaron Taylor-Johnson demuestra ser más que el superhéroe carismático de Kick Ass y luego Avengers: Era de Ultron con la interpretación de un personaje psicótico que es desconcertante como debe ser, sin caer en clichés. Michael Shannon, interpretando a un sheriff sureño con un gusto más por la justicia que por la ley, agrega una capa más de prestigio a un elenco que no carece del mismo de ningún lado por el que se lo vea.
Puede ser que por momentos Ford pierda el foco de la historia, como en una pequeña escena en la que se realiza un comentario sobre la tecnología y la falta de contacto humano que resulta extraño sino completamente fuera de lugar. Ford luego continúa esa escena con un breve momento en la que, de forma incómoda y poco natural, se intenta alcanzar un instante de humor con poco éxito. No hay duda que uno de mis problemas con Sólo un Hombre es su falta de levedad y su tono de autocompasión, por lo tanto no puedo culpar a Ford al intentar balancear estos aspectos con un toque de cinicísmo carismático, y una buena dosis de suspenso del más espectacular.
Ford ha realizado una gran película con Animales Nocturnos. Un perfecto equilibrio y ejemplo del balance que se puede alcanzar entre estilo y sustancia. No hay duda que todo espectador va a pensar mucho en esta película después de verla, en un buen o mal sentido. En mi caso, no puedo dejar de pensar en el primero.

Nuestra Opinión: 9/10