Diciembre, ahora, es mes de Star Wars, y este año recibimos una precuela seperada de la segunda trilogía de George Lucas a principios de los 2000, dirigida por el relativamente nuevo Gareth Edwards. ¿Vale la pena explorar la galaxia en esta entrega de la mítica franquicia?
Parte de lo que hizo a El Despertar de La Fuerza, la anticipada secuela oficial de Star Wars que recibimos hace no más de un año a fines del 2015, tan exitosa, fue el manto de misterio y anticipación que cubría dicho proyecto: J.J. Abrams y su equipo de producción, de manera magistral, construyeron una atmósfera de especulación alrededor del filme a través de una campaña publicitaria críptica y reservada, de tal forma que cuando finalmente llegó el día en el que podíamos ir a la sala a ver el evento cinematográfico de aquel año, habían muchas preguntas: ¿Qué personajes regresaban? ¿Cómo iban a regresar? ¿Cuál era el nuevo conflicto? ¿Quiénes son los nuevos personajes? ¿Cuáles son sus motivaciones e intenciones? ¿Que historia hay luego de El Retorno del Jedi? y la más importante, ¿A donde progresará la historia? Todas estas preguntas hicieron de El Despertar de la Fuerza un éxito, ya que nos encontramos con una clásica historia de Star Wars que se sentía fresca y modernizada. Era territorio desconocido, pero al mismo tiempo era la saga que siempre adoramos.
Lo mismo no sucede cuando hablamos de Rogue One. Esta película no progresa en la línea de tiempo de Star Wars sino que realiza un retroceso. Si, nos encontramos con una precuela de Star Wars, y si bien la última vez no nos fue tan bien con dicha propuesta, Rogue One parece prometer otras cosas. El resultado final es una película que, lamentablemente, no se siente fresca y nueva, sino más bien reciclada y predecible, pero como precuela de Star Wars, y más aún como blockbuster del siglo XXI, es más que sólida.
La historia de Rogue One la encabeza nuestra heroína Jyn Erso (Felicity Jones), la hija rebelde de Galen Erso (Mads Mikkelsen), un científico que trabaja para el Imperio. Ubicados en el tiempo luego de La Venganza de los Sith, Jyn se une junto a un grupo de soldados de la alianza con un plan simple pero extremadamente complicado: Robar al imperio los planos de una arma de destrucción masiva, que algunos de sus administradores imperiales llaman "La Estrella de la Muerte". El pequeño ejército está formado por coloridos personajes, entre ellos el habilidoso rebelde Cassian Andor (Diego Luna), un droide imperial reprogramado y chistoso que se hace llamar K-2SO (Alan Tudyk), un hábil y letal ciego y gurú de la fuerza llamado Chirrut Imwe (Donnie Yen), junto a su fiel compañero Baze Malbus (Wen Jiang), y un piloto convertido del imperio llamado Bodhi Rook (Riz Ahmed).
Visualmente, Rogue One entrega la ampulosidad sensorial que se espera de una película de dicho calibre: Gareth Edwards, que previamente demostró habilidad con el remake de 2014 de Godzilla, otorga un distintivo sello directorial a esta entrega de Star Wars. Si bien se siente parte de la franquicia, al mismo tiempo se ve distinta, de la misma forma que J.J. Abrams balanceó de manera visual lo moderno y lo clásico en El Despertar de la Fuerza, solo que Edwards parece estar más interesado en cambiar la estética, con secuencias salidas de películas de guerra como Zero Dark Thirty o incluso Los Juegos del Hambre. Los efectos visuales son excelentes, con esa dulce mezcla de efectos digitales y efectos prácticos que se mezclan de manera perfecta y sin distinción. Por alguna razón, se sintió la necesidad de incluir unos extraños modelos digitales de personajes de la trilogía original en el filme, que resaltan de tal manera que distrae. Sin embargo, en su mayor parte, Rogue One es otro monstruo visual que utiliza bien su presupuesto en escenas de acción monumentales en tierra y espacio.
El nuevo elenco es, en su mayor parte, capaz: Felicity Jones otorga una gran capa de prestigio a esta nueva camada de actores, con una actuación sutil y feroz. Donnie Yen es abiertamente heroíco y entretenido, y su pequeña química con Wen Jiang solo hacen a los personajes más entrañables. Alan Tudyk y Riz Ahmed explotan de carisma, en le primer caso otorgando vida a un personaje extremadamente gracioso y querible. El gran interpretador de villanos Ben Mendehlson nos trae a Orson Krennic, un antagonista sardónico y tremendamente observable. Sin embargo, hay algunas manzanas podridas, como la desilusionantemente seca actuación de Diego Luna, que falla en captar interés hacia el personaje de Cassian, y apariciones tan breves de Mikkelsen y el legendario Forest Whitaker (Que interpreta al líder rebelde Saw Guerrera) que dejan una impresión muy débil en el espectador.
Si bien casi todos los personajes aportan una semilla de entretenimiento, la mayoría resultan degados, y aquí es donde surge el problema más grande con Rogue One: el guión. Escrito por Chris Weitz (La Brújula Dorada, el remake de La Cenicienta) y Tony Gilroy (La trilogía Bourne), el guión pierde mucha tiempo en la innecesaria exposición de información que ya se sabe de antemano. Si bien debe haber personas en el mundo que no han visto ninguna película de Star Wars y necesitan una explicación sobre qué es la estrella de la muerte, qué es el imperio y qué es la alianza y por qué sus intereses chocan; la pura verdad es que sentarse durante la primera mitad escuchando semejantes explicaciones resulta arduo, y no ayuda la utilización de diálogos trillados y elementos narrativos cliché. La segunda mitad de la película, en comparación, es mucho más efectiva y emocionante, gracias a la adición de peligro latente a la mezcla, y una conclusión ejecutada de manera solemne.
Al fin y al cabo, Rogue One es entretenimiento pochoclero, que puede resultar decepcionante al hablar de algo tan impregnado en la cultura general como lo es Star Wars. Es una película inofensiva, e incluso divertida por todo lo que ofrece, si bien no mantiene esos niveles de éxtasis durante todo el filme. Los fanáticos de la saga encontraran en Rogue One una excusa para volver al universo que tanto aman, y espectadores casuales se quedarán por las impresionantes secuencias de acción y aventuras que el filme otorga como caramelos para los ojos.
Nuestra Opinión: 7/10
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