Cerca del principio de El Clan, vemos a Arquímedes reaccionar
con rechazo hacia un discurso de Galtieri al finalizar la guerra de las Malvinas,
donde el militar habla sobre como las muertes no fueron en vano. La reacción de
Arquímedes es la misma del público general, y parece que Arquímedes siempre
encuentra motivación para sus crímenes en la corrupción y constante ineficacia
del gobierno del país en el que vive. Si, El
Clan es sobre el clan Puccio pero es también la historia de una Argentina.
Que sorpresa, ¿no? No, la película sorpresas tiene pocas. Es una excelente bitácora
y recreación de los hechos, pero es difícil ver a El Clan más allá de ello.
A principio de la década de 80, con un
país recién salido de un periodo de opresión e intolerancia, la familia Puccio
parece una familia común y trabajadora de San Isidro. El padre, Arquímedes
(Guillermo Francella), barre la esquina de su casa/negocio por las mañanas. Uno
de sus hijos, Alejandro (Pedro Lanzani) juega al rugby en el CASI y ayuda a
clientes en el negocio familiar, aunque todos en su alrededor le dicen que va
camino a ser puma. Arquímedes tiene también otros dos hijos, Guillermo y
Maguila, y dos hijas, Silvia y Adriana, además de también a su esposa Epifanía.
Pero lo que no se sabía era que esa familia se iba a convertir en una de las
más infamosas de la historia Argentina cuando se descubre que Arquímedes, junto
a tres otros socios, realizaban secuestros a cambios de dinero.
La historia se conoce bastante bien, y El Clan hace un buen trabajo en contarla
con estilo. Pablo Trapero (Elefante
Blanco, Carancho) es un perfeccionista y un loco por el detalle, y se hace
mostrar en la cinta. En cada escena, la actividad de fondo tiene propósito, los
ambientes están repletos con sentido y si bien algunas escenas son largas y
toman un estilo de plano secuencia, Trapero sabe coreografiarlas para que
salgan de forma natural. Francella, que ya demostró cómo puede brillar en drama
en El Secreto de sus Ojos, resulta inquietante
en este papel, algo parecido a Steve Carrell en Foxcatcher. De hecho, si Francella puede ser comparado con Carrell,
pues entonces Lanzani puede ser comparado con Channing Tatum en el mismo filme,
un papel de una persona influenciada, que quiere escapar de su actual persona
pero no puede ya que no conoce otra. Francella y Lanzani parecen más actores
que padre e hijo, y su relación es el foco de la película a secas (A veces no
lo es). El Clan, sin embargo, nunca
falla por su elenco, que es sólido. De hecho, en cuanto a producción, no falla.
La cinematografía y dirección excelente, la musicalización kitsch le aporta un
aire leve a la densidad y el diseño de producción, como dicho anteriormente, es
meticuloso. Sin embargo, es cuando nos metemos en el esqueleto de la historia,
el guion, que empiezan a surgir irregularidades.
El
Clan es una historia real y conocida. Poco puede hacer la
película para sorprender al público. Trapero, sin embargo, parece pensar encontrar
una al referir constantemente al contexto histórico de la Argentina en el
momento, y por momentos, parece ser una película sobre la nación en la que los
Puccio viven. A veces es interesante, pero a medida que se reitera el contexto
histórico a través de la película, se siente forzado o poco natural. Alfonsín
fue elegido presidente, muy bien. ¿Y?
Trapero además no parece estar muy apegado
a la historia de los Puccio. Varios momentos en donde los Puccio realizan sus
actividades ilegales, lo hacen de forma tan descuidada que dejaría expuesto a
cualquiera que las realiza de tal manera, pero los Puccio se salen con la suya
porque al parecer NADIE vio o escuchó o sospechó nada a pesar de que claramente
la situación es extremadamente visible, oíble y por ende sospechable. El Clan se siente en varios momentos, como
consecuencia, como un recuento de los hechos más que los hechos en sí, y aunque
eso parece imposible de evitar, es un desafío que conceptos de películas como El Clan deben tener en cuenta. Hay tanta
atención meticulosa de parte de Trapero en tantas cosas pequeñas que parece un
error tonto obviar inconclusiones en las escenas climáticas de la película. Si,
como en toda biopic, el último tramo es más lento, pero el cierre de la
película tiene un aire de ironía apetitoso, y parece que Trapero por momentos,
por más retorcido que suene, se divierte con el contenido.
El
Clan hace su trabajo y lo hace bien. Es una sólida
biografía de la familia que impactó al país. Esta biografía, sin embargo, es
popular, y es difícil tener al público interesado durante todo su contenido.
Trapero tuvo una difícil película que hacer con El Clan, y su resultado es tan inspirado y sólido como cualquier
película de Trapero, pero con los errores que tiene una película sobre los
Puccio.
Nuestra opinión: 7/10
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