Movie Critic: X-Men Apocalipsis

La sexta película de la saga X-Men, tercera entrega de la nueva trilogía First Class, cuarta entrega dirigida por Bryan Singer y novena película en su desarrollado universo cinematográfico llegó a cines el jueves pasado.¿Cumple las expectativas de entregas anteriores?

Como las grandes películas de aventura en los 50/60, X-Men Apocalipsis abre en el antiguo Egipto. No es nuevo que Singer abra sus películas en otro tiempo, hizo lo mismo en Días del Futuro Pasado con una ventana a un futuro apocalíptico con reminiscencia a Terminator 2. Sin embargo, el hecho de que abra en este panorama más antiguo otorga un carácter casi mitológico a esta nueva entrega de X-Men. La secuencia inicial comienza bastante tranquila y con una tensión suave en el fondo, y construye rápidamente hacia una explosión eufórica de violencia y destrucción, que concluye en lo que tal vez sea el inicio más sobre producido en una película de superhéroes en los últimos tiempos. Y la euforia no termina ahí, se mantiene a través de toda la película, haciendo a X-Men Apocalipsis la entrega más colorida, demente y absorbente de la saga.
La secuencia incial nos introduce a En Sabah Nur (Alias Apocalypse, interpretado por Oscar Isaac), conocido históricamente como el primer mutante y quizás el más poderoso de todos. Después de siglos de estar latente, un grupo de fanáticos religiosos lo despierta de su sueño, y la criatura no está contenta con el planeta tierra de los 80. Describe a los líderes como "dioses falsos" y ve el conflicto entre los superpoderes de EEUU y la Unión Soviética casi como una ironía. Entonces se propone un plan bastante simple: La destrucción y aniquilación completa del mundo y la construcción de uno nuevo, solo con lo mejor de la raza mutante, y nada de nosotros, los pobres, pobres humanos.
Mientras esto sucede, la película paralelamente nos reintroduce a nuestros héroes: Charles Xavier (James McAvoy) continúa como director de la escuela de mutantes, que ahora tiene nuevos integrantes como la jóven Jean Grey (Sophie Turner), que tiene serios problemas para controlar sus poderes, al igual que el jóven Scott Summers alias Cyclops (Ty Sheridan). Erik Lensherr alias Magneto (Michael Fassbender) vive incógnito en Polonia con una esposa e hija, trabajando como obrero en una fábrica tan masculina y old-fashioned que parece resonar nuevamente los gustos de Singer por las películas viejas de los 50/60. Mientras tanto, Raven Darkholme alias Mystique (Jennifer Lawrence), se esconde de una sociedad que la celebra como la heroína que nunca quiso ser, forzándola a esconder su verdadera identidad. Sin embargo, continúa usando sus habilidades como "mercenaria", buscando a mutantes que su jefe, un tal Caliban a quien nunca vemos, desee. Así, el filme nos introduce a Kurt Wagner alias Nightcrawler (Kodi Smit-McPhee), un mutante que Raven rescata de una arena en Berlin Oriental donde los mismos eran obligados a pelear a muerte.
Si bien cada héroe parece tener su vida, la amenaza de En Sabah Nur (y un acontecimiento trágico que resulta en una de las escenas más emocionalmente resonantes en la saga) los traerá juntos de vuelta para combatir al enemigo más poderoso y destructivo que han enfrentado.
Como en las entregas anteriores, X-Men Apocalipsis funciona por tener como eje principal las relaciones entre sus personajes, sobre todo el triángulo Raven-Xavier-Lensherr. Pero las líneas temporales alternativas y la construcción previa del universo también hacen que muchas escenas con estos personajes "nuevos" tal como la jóven Jean Grey o Scott Summers, sean igual de emocionantes. Las actuaciones son de primera categoría: McAvoy es el aspecto más fuerte del elenco, con su alta expresividad y facilidad para transmitir cualquier tipo de emotividad. Fassbender es igual de capaz, siendo su personaje uno de los más complejos de la cuadrilla, interpretando la guerra interna de su papel con empatía y patetismo. También cabe destacar a Evan Peters, que interpreta a Peter Maximoff alias Quiksilver. Su completo desborde de carisma lo hacen parecer a un jóven Johnny Depp, sin la excentricidad claro, y tiene una secuencia de acción que es igualmente hilarante y estimulante, como la gran secuencia que cierra el filme.
Algunas actuaciones son más decentes que sobresalientes. Jennifer Lawrence parece no disfrutar del papel de Raven, y se muestra en una interpretación bastante más estoica de lo común. Esto nos lleva a Oscar Isaac. No es que Isaac este "mal" pero, como en Días del Futuro Pasado, el villano en sí es bastante insustancial. Es una amenaza fuerte, y sin lugar a duda sus habílidades son las más peligrosas que los X-Men han enfrentado, pero al mismo tiempo, sus motivaciones son muy cliché y su carácter ominoso le otorga poco para hacer a Isaac, que se limita a miradas siniestras y discursos trillados sobre como la humanidad se perdió en el camino.
Sin embargo, X-Men Apocalipsis funciona igual de bien con un antagonista aburrido, porque su foco está en el peso de las circunstancias (Nada más y nada menos que el apocalipsis) y el efecto que tiene en los personajes. También continúa el dilema referente a los derechos civiles al cual los mutantes constantemente se ven constantemente apartados, y unos ecos al miedo de la catástrofe nuclear de los 60-80 que incluso hoy pone la piel de gallina. No obstante, siempre hay lugar para la diversión, sobre todo en la ambientación de la cinta, que tiene lugar en los coloridos 80. Referencias a Star Wars, peinados elaborados, ropas coloridas, fotos de Ronald Raegan y "Sweet Dreams (Are Made of This)" de Eurythmics hacen todas apariciones en escenas memorables de humor en la película.
Y más allá de la diversión en cuanto humor, por último quedaría mencionar la diversión en factor de acción. La secuencia final de X-Men Apocalipsis es explosiva de todo los ángulos, un estallido de ímpetu y cataclismo que, de no ser por un tono placenteramente liviano, hubiera recordado a ciertas secuencias de ciertas películas de Zack Snyder. El CGI y los efectos especiales son...cursis, y a veces resultan criminalmente subdesarrollados, aunque en otras añaden al color y al estilo fielmente comiquero del largometraje. Detrás de todo el caos, siempre, el peso humanitario de los X-Men hace que todo momento del final cuente, y la película cierra dejando al espectador en una nota alta de exaltación y éxtasis. Por esto vemos películas de superhéroes: No por la acción o la comedia, sino por los personajes, estos con los que algunos crecimos, los que algunos conocemos más que mucha gente en nuestra vida real. Singer entiende esto y nuevamente lo demuestra con plena realización en Apocalipsis.

Nuestra Opinión: 8/10